1 dic 2008

MILF hunter.

Varty rojo carmín en tres y medio, por favor.
Se escuchó en el altavoz de mi trabajo, yo era un empleaducho que se encargaba de poner relativo orden en una zapatería barata, y en temporadas como regreso a clases, día de las madres o navidad, me tocaba hacerla de vendedor también.
Era una chinga por poco dinero; pero a que buenas viejas trabajaban ahí. Santa era una de ellas, desde que entré le eché el ojo a su enorme cabús, siempre que subía a la bodega la veía por entre las cajas de zapatos, pero nunca fuimos ni siquiera amigos, así que nunca pasó de que le viera el culo desde el pasillo de al lado.
Daniela era la cajera, le gustaba el rock y eso me llamó la atención de ella, además estaba dentro de la categoría de las gordibuenas, se veía que los palos con ella sabrían a gloria, el pedo es que tenía novio, y le era fiel hasta la chingada.
En todos los trabajos hay una María, el mío no fue la excepción, María era de mis favoritas, bueno, tenía un cuerpo bien rico, también tenía novio, unas quijadas muy grandes y caminaba medio sambita, pero nada es perfecto, dicen, con ella también aplicaba la de verla desde el otro pasillo, y fue una de mis dos mejores amigas ahí dentro, mi amistad se la cobré con unos cuantos fajecillos y dos lecturas de las etiquetas de sus calzoncitos, aunque nunca pasé de tercera.
Lety, ella fue mi otra gran amiga ahí dentro, a ella nunca me la quise chingar, no sé porqué, digo, tenía lo suyo, pero nunca la vi con lujuria, quizás las veces que lloraba en mi hombro por lo culero que era su esposo con ella tenía algo que ver.
Una navidad entraron dos vendedoras más, Lola era una de ellas, ya había trabajado antes en la zapatería, cuando yo aún no entraba, las demás puchachas la conocían, me la presentaron y el cotilleo se dio rápido, le decían la poket, estaba chaparrita, pero tenía más tetas que todas, pude corroborar eso después, pero no pasé de ahí.
Marisol, ella fue la segunda vendedora que don Eduardo contrató, había algo raro con ella, su edad, tenía 35, estaba casada, dos niños y era muy gaviota y les ganaba los clientes a las demás muchachas, hecho que la hizo acreedora del odio y rechazo de las demás, lo demás era relativamente normal, estaba bien buena la cabrona.
Una tarde no salí a comer porque no tenía dinero, pero parece que don Eduardo no se dio cuenta, subió Marisol a cambiarse porque su turno había terminado, yo no me iba perder su camino hasta el locker, y la seguí por entre los pasillos, veía su culo de señora prohibida contonearse armónicamente, después me di cuenta que don Eduardo subió de puntitas, yo estaba ya bien trineado, siempre subía de puntitas para descubrirme tirando hueva, pero me la pelaba porque siempre hacia ruido en el último escalón. Marisol no tenía un oído tan agudo como el mío y no se dio cuenta de la presencia de don Eduardo hasta que tenía una de las manos del rabo verde en una de sus tetas y la otra jugando con su entrepierna, lo asombroso fue que no oponía resistencia alguna y hasta parecía muy divertida, rápidamente maquiné que eran amantes, pero decidí dejar mis especulaciones para después y disfrutar de ese lujurioso acto por entre las cajas de zapatos. Don Eduardo no era un chamaco, y me dejó con mi morbo suelto en muy poco tiempo.
Dijo las típicas palabras de amantes además de un “Espérate un rato para bajar, así no levantamos sospechas, una media horita” y se bajó a seguir al frente del negocio. Después de eso me volteé y me disponía a volver a mi silla al otro extremo de la bodega, caminé algunos pasillos y una voz me detuvo.
-Media hora es mucho tiempo, ¿No crees?
Pensé que don Eduardo había subido sin que me diera cuenta y Marisol le estaba cagando el palo por lo de la media hora, pero no.
- Una vez te vi de mirón de muchachas entre pasillos, Ricardo.
Puta madre, a menos que don Eduardo hubiera contratado a otro Ricardo sin mi consentimiento, Marisol me estaba hablando a mí.
Venía caminando por el pasillo, ya se había cambiado, falda a la rodilla y blusa blanca de botones.
-Debo admitir que eres muy sigiloso aquí arriba, apenas y pude darme cuenta de tu presencia, ahora ya sabes de mis travesuras y está de sobra pedirte que no digas nada, Eduardo no será muy bueno con el pito, pero las cosas con mi esposo no van bien, y si algo sale peor no me importaría amarrar mi futuro con el título de destruye hogares.
Yo, en mi plan de puberto al que se le para el pito tras ver una tanga o un brasier estaba impresionado porque una mujer me hablara así, si hay algo mejor que un doña bien buena es una doña muy buena que sea interesante.
-Sí, pus… uno aprende con el tiempo doña Sol.
-Entonces te enseñaré algo mas, será un pago por tu silencio, espero y sea suficiente.
Aunque ella tenía voz de pito me cautivo con sus movimientos, al grado de que el cincuenta por ciento de mi razón fuera directo al pito, solo tenía que dejarme llevar.
Me pasó de largo y pasó su índice por mi pecho hacia abajo y se dirigió a mi silla.
-A ver, ven.
-¿Eh? Ah, ok.
Vi que se sentó en mi silla y dio uno de los mejores cruces de piernas que he visto en mi vida, me dejó ver el triangulito negro ese que tanto me gusta, después se hechó un poquito hacia atrás.
-¿Qué vamos a hacer contigo, fisgón?
-¿Cogemos?
-Risas-… Bueno.
Y si, debo admitir que me sorprendió la facilidad con la que se dio.
Después de eso, de un anaquel quité todas las cajas de botas femeninas, esas que ocupan un chingo de espacio y con una cobija que una amiga había llevado pal frio en las mañanas, ya tenía mi King size improvisada para la doncella que me estaba a punto de chingar.
Ella se acostó y empezó a desvestirse.
-Espera un poco, déjame hacer eso a mí manera.
Recorrí sus piernas con el mejor tacto que haya recordado en años, pude ver que su piel se erizaba y provocaba uno que otro espasmo, y si hubiera podido ver sus pezones estoy casi seguro que ya estaban a 90.
Después subí su falda, vi su bóxer, hanes de algodón, tan suavecito y con finos detalles, empecé a frotar su vagina, esto hizo que le valiera pito que mis deseos eran desvestirla yo mismo y de una se quitó la blusa, su sostén también era hanes, y sus tetas no eran como las de lola, pero estaban bien firmes y antojables,
-Solo tengo 25 minutos, ¿recuerdas?
-Mierda, es cierto- al tiempo que seguía recorriendo sus piernas con mis manos y besando su cuello.
En chinga me quite mis tenis, mi pantalón y empezamos el derroche de pasión, quitarle el calzón fue la gloria, aunque nada mejor que el oral que me avente y sentir como con sus manos me presionaba contra su concha y no paraba de gemir, esa vez me sentí como el chingón de las mamadas.
-¿Cómo te gusta coger, mijo?
Tito. –Risas.-
-Como caiga, ya ando bien paraguas como para hacerla de pedo.
-Ok, entonces te chingas y vas abajo.
-Arre.
Me acuesto en el anaquel y se trepa, pfff, una vagina de señora, otro pedo.
A pesar de que le dije que no hiciera tanto ruido le valió madre y dio un pinchi recital de gemidos.
Por el poco tiempo que tenía y la súper presión de coger en el trabajo a las primeras de advenimiento me deje venir, eso sí fue como cualquier otro palo.
Lo prohibido sabe a gloria, dicen, yo me chingué a una señora casada, amante de mi jefe y odiada por mis amigas del trabajo, eso lo hizo más peligroso, además de excitante, por si fuera poco me dejó tomar un poco las riendas del jale, solo hasta que alcanzó un punto de excitación mayor al mío, afortunadamente escogió mi posición favorita, y eso fue aún más disfrutable.

13 comentarios:

Rich dijo...

jajaja.
Me siento como Belinda cuando supo de su video.
Mis amigos me dicen milf hunter o finch porque una vez entre al baño de su casa y vi a su suegra miando. :S
Pero por doña Sol acepte con gusto el apodito.
Señoras de 30 y mas interesadas, favor de dejar correo y bla bla bla.

Pinche Vieja dijo...

El título muy chingón y tu todo un cabrón.

Ya ni la chingas jajajajaja ...Eres un tontuelo (:

Me gustó. Un buen ambiente, me hiciste reír y tus frases setsis son la onda!

basilio dijo...

Que suerte de trabajo.
Mas que una zapateria, parecia un prostibulo.
Así deberiamos tener todos el trabajo, tres o cuatro hombres y 15 señoritas a cual mejor.

NTQVCA dijo...

Esa zapatería parecía el Grey ´s Anatomy.

Sorry, pero más que ponerme en clima, me dio risa que le contestará el personaje "Arre" a su doncella calentosa.

(¡Cha, ya me encasillaste, soy señora!)

Rich. dijo...

Lo siento Idalia. :(

NTQVCA dijo...

No hay pex jefecito, ja ja ja :D

NTQVCA dijo...

Diablos, porque conteste!!!!!

Adrián dijo...

"una vagina de señora, otro pedo" yo vi un título así en una película que venden en indios verdes.

Anónimo dijo...

Dios! esta semana no pasaré por aquí... si no, caeré en las redes del primer tipo que se me pare en frente... jajaja

saludos^^

Jo dijo...

gulp! lo que hay que gemir... digo oir jajajaja

Jo dijo...

o leer? ayy ya me voy

que calor.. que bochorno!

Fer V dijo...

Muy amena la narración y muy ocurrente usted. Una justa mezcla de calentura, torpeza y premura que describen perfectamente al adolescente.

Anónimo dijo...

Jajjaa dije "hay que flojera, tengo que leer el largo de una biblia" lei el primer parrafo y me atrapo jajaja xD