28 ene 2009

Adiós Carmen


Carmen se liberó rápido. Al siguiente día.

-Mamá no quiero que te quedes sola, me quedo contigo. -Le dijo Laura afuera de la puerta pero Carmen ya adentro de la casa se interponía pareciendo no querer dejar entrar a nadie.
-Estoy bien Laura, vete, es mi nueva vida y tengo que enfrentarla. Quiero estar sola.
Laura no pudo reprimir su expresión de angustia pero se dio la vuelta sabiendo que no había más por hacer, le hizo una señal a su madre mandándole un beso y pidiéndole que le hablara por teléfono.

Era casi medio día y la luz brillante de septiembre entraba por los grandes ventanales de toda la casa, Carmen olvidó su cansancio de 72 años y recorrió cada cuarto tratando de reconcer el espacio que ahora sólo era para ella. Seca, sin lagrimas pero abrumada por los sentimientos y dejando que el silencio lo ocupara todo. Un poco más tarde le llegó la hora de hacer lo que sabía seguía y para lo cual quería estar sola. Regresó hasta su recámara y contempló la cama perfectamente tendida que compartió tantos años con Aurelio, se acercó al buró que a él perteneció y sacó aquel cuaderno de notas que nunca antes había abierto, lo tomó y salió del cuarto para dirigirse a la estancia y ocupar ahí un sillón en el cual se sentó a la orilla. Pasó largo rato con el cuaderno cerrado en su regazo y la vista perdida al frente. “Sabías que lo iba a leer, lo sabías, además soy la única que tiene derecho, tú eres ahora cenizas y por eso me atrevo, aunque te siento presente Aurelio, no se que me pasa, será que apenas te cremaron hace horas”.

Carmen finalmente abrió el cuaderno y le sorprendió encontrar menos texto del que esperaba, eran sólo algunas notas, sin mucho orden, en diferentes hojas, todas ellas escritas por su marido en los últimos días de su vida postrado en cama por la enfermedad.

PARA PODER MORIR
Un título en letra grande y temblorosa.

La muerte perfecta será la que me encuentre con el alma lineal sin subidas o bajadas.

Carmen sonrió al leer esa primera nota y recordar a su marido, el viejo maestro de universidad, sus raras ideas y su escritura antigua.

Llegará sin que tenga yo la necesidad de asir una mano pues ya todas las que me importaron en la vida abrán estado entre mis palmas suficiente tiempo.

“Así fue Aurelio, fue todo tan en silencio que prácticamente no me di cuenta, para cuando tomé tu mano ya te habías ido, pero no me sentí mal, ya nos habíamos tomado de la mano suficiente.”

Será cuando no me quede nadie por amar y no deje cartas pendientes para quienes entregué mi voluntad.

“¿Y esto?, es un cuaderno pero ¿no cuenta como carta?... pero ya no está pendiente, no te preocupes, lo estoy leyendo.

¿Existe el perdón?, ¿Es cierto que el perdón llega cuando se aprende a comprender? Una muerte tranquila no requiere de perdón, pide el no tener que hacerlo ya. Requiere de haber soltado todos los pasados con sus nombres y sus fechas. De no perder en tribulación los minutos que me queden.

Carmen sonrió satisfecha y perdió la vista al final de la estancia en aquel vidrio enorme que daba al jardín, recordó la casi absurda tranquilidad con la cual Aurelio vivió sus últimos meses y días, pensó en él caminando por la casa, cansado y vencido por la enfermedad, pero con una resignación única que casi no se ve. Aurelio dejó de hablar del pasado y se mantuvo ocupado con sus pequeñas actividades del presente, un poco de jardín, platicar con su hija cuando llegaba a visitar, leer. ¿Perdón?, claro que hubo muchas veces necesidad de perdón, pero ya qué, ya no lo recordaba ninguno de los dos.

Con la frente aún llena de aquellos paisajes que necesité ver y con la aceptación de que los que nunca vi no estaban destinados para mí. De quedar en paz con un mundo inmenso e inrecorrible y magnificar aquel pedazo que por destino se me designó.

-Nunca conocimos Lisboa Carmen, y tú querías ir.
-No importa hombre, fuimos a muchos lugares.
-¿Segura?, porque a mí ya no me importa, pero no quiero que te quedes con las ganas de nada.
-Aurelio... en serio... no importa.
Carmen recordó aquella conversación y volvió a sonreír.
“Mira Aurelio, ¿ves?, en serio no me importa, como dices en tu cuadernito ya acepté que ese paisaje no fuera para mí, pero me quedo con otros” y volteó a ver la mesa un poco empolvada donde tenía objetos comprados en varios viajes.

Se requiere estar cansado de haber comido, de haber cambiado, de haber abierto, de haber quedado en paz con cada error, de haber tomado con mis manos cada evento, de haberme acabado la historia propia.

Carmen se soltó riendo. “¡Hombre, si te lo acabaste todo!, ¡nada más faltaba!, te comiste todo, cambiaste todo, lo hiciste todo... no habré sido yo quien te tuvo que aguantar la vida entera, no había quien te parara. Ahora mismo, ¿en qué andarás?.

Poder parar este pensamiento en el que cada acierto parece error.
¿Me atreví a amar?. ¿Me arrepiento?.
De haber amado, de recordar tranquilo cada rostro que recorrí con mis manos sin importarme que ya no estén ni que jamás los he ver otra vez.

Y la risa se acabó para Carmen y por primera vez los ojos se le humedecieron recordando como él le tomaba la cara con las dos manos “sigues teniendo expresión de niña”, le decía y ella contestaba “no hay niñas de de mi edad”, luego él le acariciaba las mejillas con el dorso de la mano y ambos se miraban en complicidad. Carmen trató de enumerar los amores de su marido, su hija, su hermano, ella misma... se preguntó por primera vez cuáles habrán sido los que guardó en silencio y ella nunca supo.

Cuando conozca un celibato largo, cuando me harte de sexo imprudente, cuando la lista de locura e irreverencia esté completa, cuando haya visto y respetado.

Y la risa volvió a asaltar a esa agotada mujer por recordar aquellos tiempos en los que de jóvenes eran capaces de llegar tarde a todos lados o de encontrarse en casa a medio día a cambio de sexo. Se rió también de recordar aquella dura época en la que el deseo se fue y casi les cuesta el matrimonio. “Que insignificante es todo a la distancia”.

Después de ser animal y ser humano y ser yo mismo.

“Fuiste todo marido mío, todo, muy animal y muy humano y tú mismo siempre... para bien y para mal, no tengas duda”.

Una muerte perfecta llega cuando nos da paz saber que se olvidará nuestro nombre, cuando no hay desdeo de permanecer, cuando tiramos el ansia de inmortalidad y el reconocimiento se vuelve absurdo. Cuando nos hace más feliz la idea de que el mundo continúe sin nosotros que la de continuar nosotros sobre él.

“Ay Aurelio, eso no te lo prometo, no creo poder olvidar tu nombre, no serás inmortal porque el tiempo lo borra todo de eso puedes estar seguro, pero ¿tu nombre?, ya olvidé todos los demás, el tuyo es el único que recuerdo, olvidarlo, no lo se... Pero tú no te preocupes, tú descansa y olvida lo que en esta vida te pudiera afligir, yo de eso me ocupo ahora, aunque ya no tengo mucha fuerza por algo será que me quedo un rato más en este lugar, quizá por Laura que a sus 37 años todavía no aprende a aceptar lo que le trae la vida... o por alguna otra razó que todavía no entiendo.”

Quizá es cierto que en vida contruimos lo que nuestra muerte ha de ser.
Quizá entonces en la paz plena cualquier muerte ha de ser perfecta.
Por que de amar es que al final se sirve.

Cuando no me quede más que irme.

Carmen sonrió con lágrimas en los ojos y acaríció la hoja del cuaderno como lo hacía con la mano de su moribundo marido en los últimos días. “Ya pronto nos vemos de nuevo Aurelio, para ti qué es el tiempo ya, no creo que falte mucho y te alcanzo, vienes por mi ¿eh?, para que no me vaya a dar miedo, nos vemos pronto... y entonces será cuando olvide tu nombre, entonces tu muerte que hoy es casi perfecta lo será completamente, ya no falta mucho y lo habrás logrado esto también”.

Carmen leyó entonces la última nota del pequeño cuaderno.

Carmen, se que vas a leer esto cuando yo no esté, se que me voy primero. Dime qué piensas, aunque no me veas te oigo. Sigamos platicando.
Te amo. ¿Lo sabes, verdad?.

“Lo se... Y yo a ti hombre, y yo a ti.
*
*
*
“To the well organized mind, Death is but the next great adventure”
J. K. Rowling
(Harry Potter)

14 comentarios:

Fer V dijo...

Muy buen relato y excelentemente bien escrito. Además que, parece, cuando pensamos en la muerte perfecta, pensamos en algo muy parecido.

MauVenom dijo...

Muchas gracias Gen.

Sí confiezo que es un reflejo de alguna manera. Pensar que cuando la muerte te llegue no quede nada atrás, nada por terminar. Y quedar en paz con lo que no se pudo también.

Un abrazo.

marichuy dijo...

Mau

De lo que te he leído, es uno de tus textos más conmovedores. Sin un asomo de sentimentalismo o sensiblería baratos, pero emotivo hasta los huesos.

Un beso agradecuidao y admiraivo

MauVenom dijo...

Hey Marichuy... muchas gracias en serio, me alegras con tu comentario.

Es un texto sobre la permanencia, el entendimiento y el quedar en paz. Lo que quisiéramos tantos y pues quien sabe si pase.

Un beso enorme y gracias por venir siempre.

Jo dijo...

Espero que la muerte no nos alcanze sin haber vivido lo suficiente, sin haber comido, sin haber visitado sitios, sonreido, trabajado y claro.. sobre todo eso... sin haber tenido la dicha de estar con una persona como Aurelio para mi... o como Carmen en tu caso.

me ha hecho el dia este relato.

Espero que la muerte me permita no ser tan perfecta para equivocarme lo suficiente, para sonreir o llorar lo suficiente para ser yo misma sin dejar tejos de desdicha a mi paso entre las personas que me tope.. y sobre todo amar lo suficiente como para poder saber que le he pagado a la vida y que puedo irme tranquila.

Besos nostalgicos.

MauVenom dijo...

Yo creo que a todos se nos permite se imperfectos.

Pero lo más importante es esto que mencionas, el no dejar infelicidad a tu paso, no herir a los demás en la medida de lo posible y lo conciente. Eso es algo que te sigue siempre y te quita la paz. O bueno eso creo yo. Me he equivocado como todos y recapacitado también. He tratado de no lastimar y en algunos casos de pedir perdón... pero hay cosas que me fallan Amazing Jo, cosas como el rencor que nomás me cuesta un trabajo que para que te cuento.

En fin. Espero que la muerte me de oportunidad de componer lo que hace falta.

Besos nostálgicos tambien para vos.

NTQVCA dijo...

Lo que me hizo pensar esto que escribiste es en el hecho de vivir tanto, y de ir perdiendo a la gente que esta contigo.
Me sigue pareciendo más facil ponerme en los pies de quien se queda, y no del que se va, dificil para mi pensar en la muerte, aún cuando fuera perfecta.

MauVenom dijo...

NTQVCA

Sí, es cierto, no es lo mismo perder a uno que perderlos a todos.

Y la muerte evidentemente es difícil y desear que sea perfecta es más bien una carta de petición que otra cosa. Lo se. Pero me gustaría al menos tenerlo claro para ver que se puede hacer al respecto... lo cual es, ilógico claro ya que anunciada no la tenemos.

¿Le he dicho que su ojo retador es sexy?.

Besos I.

Pinche Vieja dijo...

Siempre me ha dado miedo que el mundo me olvide. Pero si sería la culminación de una vida perfecta: irte con verdadera paz.

Mucho bonito.

Un beso.

MauVenom dijo...

Yo siempre he pesado que mientras el mundo no te olvide por completo no puedes irte del todo porque de alguna forma sigues presente, aunque sea en el pensamiento de los demás,mientras sigan recordándote con ese mismo nombre y esa misma historia sigues siendo esa persona... creo.

Besito.

Mafalda dijo...

...

Sería ingenua en extremo y además vanidosa; si creo que me recordarán por la simple obligación de ser familia, amigos, o pareja.

Me declaro vanidosa, pero además me declaro realista. Si mi deseo es imortalizar mi nombre y mi persona; tendría que trabajar afanosamente (ya sea para bien o para mal) para dejar una huella imborrable (una Tina Modotti por ejemplo). Mi realidad es la actual. Y como ya la asumí, ahora lo único que me resta es vivir, mirarme reflejada en los ojos de la gente (muchas y muchos), deshilachar las verdades y encontrarles el hueso diminuto y escondido de duda; escuchar música, caminar senderos, sentir incentidumbre,tomar decisiones...Mmmm ¡conocerte! jejeje...bueno aunque sea en sueños.

No deseo planear mi muerte (no se trata de negación eh?) deseo planear MI DÍA... y si se puede a diario, así lo haré.

Me gusto la idea de tu texto, aunque para que cualquier lector se sienta protagonista de esta historia, y la goze mucho más; esa carta debéría haberse encontrado 50 años después entre los escombros de un naufragio (el mismo hombre que estaba al borde de la muerte y sobrevivió) leyéndose... Si tuviera que escribir de nuevo esa carta, ¿que le quitaría o le agregaría?

¡Chanclas!
Perdón por el rollo, espero no lo tomes a mal.

Un saludo y besillo.

Mafalda

jess dijo...

"Escribo para que la muerte no tenga la última palabra."

No recuerdo dónde lo leí.
¿Realmente buscamos inmortalidad efímera en esta vida?

.. he de confesar que en ocasiones, muerdo de miedo al saber que yo soy la última de mi especie... que ya no habrá posiblemente, alguien que lleve mi sangre, mis mejores palabras, o peor aún, que esa dedicatoria de ese libro, posea un nombre desnudo.

Lindo finde Mau!!

MauVenom dijo...

Mafaldita

Pues en planear tu día a día es justamente como se construye una buena muerte no?... Una gran muerte sería el resultado de una vida cuidada y pensada. Creo.

Y al hacerme pensar en Modotti por ejemplo, aún con su obra, con su vida de pasión y emoción plena no estoy seguro que la inmortalidad tenga razón de ser.

No para mí. Me asusta.

Me gusta más como llevas tú las cosas.

Gracias por venir, saludos a Cornelio. Besos.

MauVenom dijo...

Exacto... me gusta como lo pusiste... inmortalidad efímera.

Pero pareciera convenenciero y acomodaticio, no?, como quererlo tener todo sin pagar un precio.

A mi no me da miedo que me olviden ya muerto. Me da miedo que me olviden en vida.

No quiero pendientes. No quiero dejar pendientes.

Beso Señora Rabbit