Empezaba un nuevo día en esa habitación de motel barato en la multifacética ciudad del pecado.
El reloj marcaba las dos menos quince de la mañana, los inquilinos de al lado daban rienda suelta a su pasión, al menos eso dejaba a la imaginación el concierto de gemidos y golpes de lo que de seguro se trataba de una media cabecera chocando contra la pared, del otro lado solo se escuchaban los gritos sordos de una película de terror, el escenario no era para nada raro en estos lares, mi inquilino apestaba a derrota mientras vaciaba el último trago de una botella en un vaso desechable y se preparaba para volver a prender una colilla de cigarro que había dejado hace algunos días en el cenicero.
Al poco rato llegó a tocar la puerta el encargado en turno del motel, un sujeto gordo con lentes pasados de moda que involuntariamente reflejaban su patética vida, mi ocupante hizo caso omiso al llamado a la puerta, pero el encargado, consciente de que había alguien en la habitación dijo en voz alta que el tiempo de alquiler estaba a punto de expirar.
-Es como en las gasolineras y las putas, amigo, primero pagas y después bombeas. “¿capisci?”
Con el cigarro en la boca mi inquilino dijo algo así cómo:
-Gordo imbécil, uno de estos días te moleré a golpes.
Y siguió jalando humo glorioso de aquel Marlboro rojo atizado hace tiempo.
Después de un tiempo fue vencido por el sueño, olvidando todos y cada uno de los problemas en los que estaba inmiscuido, despertó a eso de las 2 de la tarde, su estomago imploraba un desayuno continental en el peor de los casos, pero había un problema, al revisar su billetera mi ocupante sacó un billete de dólar y 2 monedas de 10 centavos, lo más que podría conseguir por eso sería una dona en un am-pm cercano, muy lejos de una comida decente.
Al tiempo una llamada lo puso nervioso.
-Por favor, dame un poco más de tiempo, estoy por vender algunas cosas, yo se que hace mucho tiempo debí haberte pagado, pero he pasado malos días.
-Sí, yo sé como es el negocio, solo te pido un poco más de tiem… ¿Andy? ¿Andy?, maldita sea.
Al tiempo tocan la puerta de nuevo.
-Gordo imbécil, no tienes que recordarme lo del tiempo.
Gritó sin abrir la puerta y cuandopor fin la abrió se dio cuenta que no era el encargado del motel.
Estaba confundida, no sabía quién era ni porque estaba ahí, pero supo que era una bala cuando terminó incrustada entre ceja y ceja de mi inquilino.
¿Ahora quién limpiará todo esto?
Shit Happens.
15 mar 2009
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5 comentarios:
Regresaste!
auch! cuanta diferencia hay entre una mancha de sangre en una pared. Yo anoché termine matanto a un mosquito después que dos huyeron de las palmas de la muerte entre mis manos.
Cual mosquito ahora huyo de este cuarto blanco y vuelvo. ¡Maldita sea que poco duran los días feriados!
Besos de pichón en el pico ;)
Richiberto.. bienvenido de regreso.
Me gustó tu historia, tengo una especial debilidad por la sordidez gringa... la critican mucho pero tienes que hacer contacto para entender.
y aún más tengo una especial debilidad por los moteles gringos... (suspiro) historias, historias.
Jeje.
Ya no te escondas... recuerda que el bipolar es Carlos y él tiene los derechos no tú. Je... no me corras, es una bromita.
Buena historia y me gusta mucho el ritmo que le imprimes.
Supongo que habrá algunas paredes que si pudieran ¡se suicidaban! Y ni que decir de las alfombras.
Bienvenido de regreso.
Gracias a los 3, es bueno estar de vuelta carnales.
Jolie, si, en definitiva cada mancha de sangre tiene su propia historia.
Concuerdo contigo, los días feriados duran poco, aquí ya son las 11 y casi casi me acabo de levantar. :S
Mau, si, a mi tambien me gustan algunos aspectos de la cultura gringa, quizas a veces hasta el grado de caer en el malinchismo, tambien tengo un recuerdo de un motel en el otro laredo. (Y)
B.T.W. You're fired.
P.S. Es una broma. :P
Gen,gracias por la bienvenida, si, imaginate cuantas historias tienen para contar las paredes, para nuestra fortuna parece que son objetos inánimados. :o
Saludos a todos.
acá te ponen gas y luego pagas.
luego das propina; luego vas por una puta.
juega un poco más con la cronología de la historia.
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