De seguro odia a su hijita, de apenas cinco años, le quitó su juventud, su figura esbelta, sus romances de tres días; le quitó su estilo de vida. No, no me lo ha dicho, pero se nota, es algo que uno supone. Hace algunos momentos, antes de iniciar la junta de padres de familia me sonrió, pero de una manera nerviosa, lo cual yo tomé para suponer que es una mujer infeliz. “Qué hermosa niña”, le dije y a cambio solo recibí un seco “Gracias”.
Ése es su secreto, todo mundo tiene uno. Esa chiquilla va a crecer a la sombra de una madre que la odia. Y no sólo ella. El señor que me da la espalda en este momento es tan inseguro que le heredó, transmitió, la inseguridad a su obeso hijo de seis años. “Pobre de mi hijo, lo golpean y lo maltratan sus compañeritos, va a sufrir mucho en la adolescencia” se dice el gordo sujeto.
Ese es su secreto y yo ya lo descifré. La señora de allá también tiene lo suyo, su hija es demasiado soberbia y pretenciosa, igual que la madre, la cual tiene miedo de que su niña se enamore de un patán como su marido, pero no se lo va a decir, porque tiene que guardar las apariencias. Otro secreto.
Incluso la directora es una solterona amargada que necesita urgentemente una relación sexual —que ni se le ocurra voltear para acá—, aunque tiene que guardar las apariencias que una monja, requiere.
¿Yo? No, no tengo secretos, al menos no importantes, si así pudiera llamarles. A mi lado tengo a mi hijo, de cinco años, y no le reprocho nada, aunque tampoco lo animo en sus asuntos y eso, para mí, no es ningún secreto; es normal. Pero desearía tener alguno. Debo de inventarme uno, por puro orgullo mental y social. Me da envidia la gente que si los posee.
Tal vez mi secreto sea que no tengo secretos que guardar.
Carlos Martin, el Director
Junio 2004
26 abr 2009
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8 comentarios:
envidiame yo ya tengo mis propios esqueletos dentro del clóset los organizo por tamaño, color y seguramente los saco de vez en vez para orearlos no creo contagiarlos ni desquitarme con nadie, uno de ellos me ha dicho que para que condenar a un niño siendo su madre?
cada quien tiene los secretos que merece guardar...no mas....
La primera historía me recordó a una mujer que conoci igual,, odiaba a su hija por lo que le había quitado en la vida.
Muy bueno Direc, saludos!
Yo en cambio me peleo con mis fantasmas todos los días, salen y les grito.
Yo tampoco tengo secretos que guardar. Los anuncio demasiado.
Estará mal?
Saludos... y tus secres???
Jo
Tu secreto seguirá siendo un secreto. la verdad no entendí nada... a lo mejor es porque el maldito virus nos tiene trabajando horas extras y nuestro cerebro está saturado.
TNF25
Que aburrido los que no tienen secretos, no crees?
Morra
Gracias por su comentario... y la verdad qué feo que alguien le reproche a su hijo o hija por lo que no fueron... chale
Mau
Mis secres... los neuronales están en mi cerebro y las de carne y hueso 8voluptuosas) están en la Dirección de Asuntos Bipolares
Encontré una buena manera de sacar mis secretos...
escribo en mi blog.
Saludos.
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