En los niños, cuyo planeta gira en una órbita que luego les será desconocida, los ojos de amor le dan la magia al juguete viejo, jodido, al que le falta un ojo, al que no jala ni teniendo baterías, el que fue cercenado por el perro (malditos descuidos) pero que tiene poderes incomprensibles para el resto de la humanidad. Un juguete con el que se entabla una relación sencilla o compleja pero indudablemente deliciosa.
Los años pasan y el juguete se archiva, se arrumba, se recuerda con nostalgia en medio de la peda o de la conversación común, a la hora de la comida, con 4 horas por delante dentro de una empresa mediana en un puesto que fue malísimo desde el principio pero era, digamos, la oportunidad que esperabas.
Porque, sí, muchos miran con ojos de amor a sus trabajos: un jefe ojete, compañeros gandallas, sueldo miserable y una secretaria calienta-huevos con la que juran han tenido -cof, cof- avances. Así y con todo, le encuentran virtudes al encierro mientras sus esposas, sus hijos y la amante de tetas caídas saben perfectamente que ese trabajo es una auténtica mierda.
-En Diciembre me salgo, en Diciembre...
Nunca se salen porque en secreto (o tal vez ni tan en secreto) aman la comodidad que les ofrece ese trabajo, aman el lugar estancado en el que se mueven seguros y prefieren pudrirse ahí que levantar el mentón y arriesgarse a recibir los vergazos que hay del otro lado.
Y si de golpes contundentes hablamos, no hay zona más fangosa para recibirlos que el mirar con ojos de amor a otra persona. Puto ataque de endorfinas, puto vuelco de la realidad, pues resulta en lo mismo o en cosas peores: sabes que la fulana en cuestión es pendeja o fea o tiene un halo maligno rodeándole la cabeza, y sin embargo meterías los huevos al fuego por ella, porque es Jessica y tú eres Bart.
Tiene lo que buscabas y ahora está ahí, contigo, en el área de comida de una plaza dominguera. Algo te dice que todo acabará mal, que te hará daño, pero de un chanclazo acabas con el ruido de ese estúpido grillo. Sonríes con un gesto que se parece a la victoria.
En esos paquetes de felicidad, la fecha de caducidad es muy cercana. Cuando adviertas que la imagen que te creaste de la fulana se parece cada vez menos a la fulana en sí, las cosas comenzarán a desmoronarse.
Luego la culparás y le dirás "¡carajo, te desconozco!" a sabiendas (o tal vez ni tanto) de que el error fue tuyo desde el principio, pues idealizar es genial pero tiene sus consecuencias.
Entonces, en medio de ese dolorcito en el estómago, extrañarás la realidad de la magia de tu juguete arrumbado, extrañarás tener una relación sencilla o compleja pero indudablemente deliciosa. Luego, para bien o para mal, esa órbita te será desconocida de nuevo.
El texto es de Caníbal, no hay más que decir.
10 comentarios:
Heiga, señor, usted escribe muy bien; entretiene sobre todo, nada mal, nada mal. Suerte.
Creo que me toco de manera especial eso de que quizá en algún momento las realidades entre las personas se desvirtuan, puedes idealizar o entre que se desgasta todo.. bueno acabamos mirándonos desde una esquina uno contra otro y la opinión buena o mala se desborda de manera estrepitosamente sin remedio
Claro que a todos nos pasa, sobre todo esos novios de la universidad, años mas tarde veias la foto y te decias "¿en que estaba pensando cuando me enamore de este tipejo?"
COn los juguetes y objetos de aprecio casi siempre me pasa que me gustán las cosas extrañas y hasta feas, pero a mi me resultan bonitas y atractivas, aprendí con los años a no dar explicaciones acerca de mis gustos, porque yo con mis ojos de amor, les veo perfectas.
Chido el post de la cabeza de pollo
Bienvenido Canibal
Con ojos de amor somos capaces de reinventar el mundo de la manera más soprendente y completa
y también de hacer las peores estupideces
pero es amor, no se puede controlar.
Gusto en concerte Canibal. No es desagradable comer humanos?, a mí de por sí me es difícil tratarlos
la mujer de arriba no cree en el amor... yo tampoco... pero a veces no asalta.
Alzo la mano y lanzo pues mi maldición…desde uan orbita un tanto cuanto desconocida
zás!!! nada como una etiqueta de pronta caducidad para alucinar con las mieles envenenadas del amor idealisado!!
salúd!
El rojo no le va bien al blog y ni a mis decaidos ojos cafés que no logran distinguir...
Pero distingo muy bien el golpe fatídico y hasta fétido de la falsedad de quien se enamora de un ideal... se pone peor cuando te ensalzan y te creen perfecta... esperando de ti lo mejor... Wuacala...
Checa esto....
http://cloudplost.blogspot.com/2009/05/y-de-repente.html
eewww
los colores
del blog
estan ams chillones q los colores de mi blog aaaaarg
me late como escribees...
cuando se regresa a la realidad... y piensas: oh demonios q pedo conmigo!
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