24 sept 2009

Dos calles

Caminé dos calles abajo. El laboratorio estaba a dos cuadras de la oficina. Nunca había pensado tanto en mi vida. En lo que he sido, en lo que podría dejar de ser por un papel. Pensé en todas las mujeres, en las de bellas piernas, en las de boca competente, en las vaginas cerradas, en las parlanchinas, en las muchas que odié, en todas ellas; el único en que me faltaba pensar, era en mí.
Mi vida pendía de llegar a ese maldito lugar, esas dos calles justo ese día me parecían eternas. Todo podía irse al carajo en un dos por tres. Las cosas más importantes de mi vida, tenía que pensarlas ahora, ahora que estaba a punto de obtener una respuesta, sólo había dos respuestas, ¿por qué dos? ¿por qué una dualidad entre la vida y la muerte? ¿por qué la vida se me estaba llendo en un poco de sangre y un papel?, aún no tenía respuesta, pero tampoco quería saberlo, tampoco deseaba saberlo, ¿qué más felicidad que mi ignorancia? ¿qué más felicidad por mi necedad a no saber nada?
Entré a la clínica, mostré el papel que avalaba mi pago, buscaron en el archivero mis resultados, dieron una revisada, buscaron de nuevo, no estaba mi nombre, esos momentos fueron una tortura, una maldita tortura de malas noticias.
Una doctora salió, revisó mi orden, me pidió que esperara, sudaba frío, temblaba, nunca psiquicamente había sentido la muerte tan de cerca, la doctora me hizo pasar a un cubículo, no quería escucharlo Dios, ¡padre nuestro, padre nuestro que estas en los cielos!, no quiero oír malas noticias. Disculpe señor pero, su expediente no está listo porque no le tomaron muestras de bucofarígeas, por ello no nos han enviado sus resultados, tendrá que venir mañana a dejar sus muestras de nuevo, sus resultados los tendremos en una semana. Dijo la doctora.
Respiré para no desmayarme, por joto que suene, mi cara estaba blanca.
Salí de la clínica, tendría una semana más para disfrutar de mi felicidad, de mi ignorancia en esa prueba donde sólo hay un cero positivo o negativo.
La vida se me fue en dos calles a la clínica.

1 comentarios:

sav dijo...

Que gran relato, no había visto este blog. Desde hoy lo sigo.

sav.