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24 nov 2008

New York City boy!

¿Te platique de la ultima vez que fui a New York?, si, ya sé que te caga ir a Estados Unidos, pero para mi NY no es Estados Unidos, no puedes entenderlo hasta que estás ahí. La primera vez que fui era una puberta, me quede muda cuando llegamos al John F. Kennedy, me valió si era un buen aeropuerto, ¡no podía creer la variedad de gente que había ahí!, estaba el mundo, ¡el mundo entero!, escucharlos a todos hablar al mismo tiempo, cada uno en su idioma, la salvajada étnica me impacto tanto que de verdad no hable hasta que tuve enfrente de mi a esa mujerzota policía de la aduana que me pregunto en español cuando había sido la ultima vez que había visitado los Estados Unidos, en ese entonces todo era más sencillo.

Pero la ultima vez que fui, esa si estuvo surrealista, porque me fui como en un sueño desde que me subí al avión aquí en México, ya sé que te da hueva que te platique de mis enfermedades, pero ¿te acuerdas de aquella vez que un Doctor me hizo veinte mil análisis, para saber porque ya no quería hablar con el mundo y me quedaba jetona halando con la gente a cualquier hora del día? , pues me salio, al final de pagar un pinche dineral en estudios, con que tenia hipotiroidismo, pa´ no hacértela larga, me dio unas pastillitas, chiquititas, que me las tomaba y daba vueltas como la mujer maravilla, charros, adquiría todos sus superpoderes. Me volvía bien girita, y para rescatar los años de oscuridad les dije a los cuates que iban conmigo que yo, que soy una chingonería, les iba a enseñar New York completito

Claro que ellos querían ir al Bronx y esas mamadas, si, yo les dije que si, como no, si se frikearon desde que llegamos al aeropuerto y nos hicieron quitar casi hasta los calzones, que tal que éramos terroristas, con nuestras carotas de mexicanos, ¿que no te ha pasado que cuando viajas te das cuenta de lo mexicanote que te vez? Pues tomamos un taxi y llegamos al hotel que estaba en la 42 y la quinta, yo ya hasta les había hecho el itinerario, ya sabes, hueva pero bien planeado todo. Una me salio con que tomáramos Le Car Rouge, o el Bus rojo, o el Turibus pues, ¿pero como chingados vas a recorrer Manhattan en carrito?, camínenle pa´ que vean, pa´ que huelan, para que en el primer semáforo atascado de gente en el que tengas que cruzar te des cuenta que Cindy Lauper es esa güerita chiquitita que esta parada a un lado de ti.

Al otro día ya estaba con el flaco esperando a todos a las 7 de la mañana en el lobby, nada de desayunar en el hotel, nos echamos un café en un starbuks del subway y a darle. Vamos a Battery Park y de ahí le caminamos para ir al ferry que nos lleva a La estatua de la Libertad, bonito ¿no?, yo acá los espero porque la neta si me mareo. Cuando llegarón me los lleve luego luego a la zona cero, “caminando anden, así se comen todos lo hochos que quieran en el camino”. ¿Vez?, pienso en todo, porque cuando se me agüitarón por las miles de victimas de los atentados, nomás los cruce al Century 21, pa´ que aliviarán las penas en el shoping. Yo, claro era el alma de la fiesta, les explicaba cada lugar, tenía una anécdota para cada ocasión, no me paraba la boquita, ni las patitas, brincaba y bailaba, les cantaba canciones y los hacía reir harto… hasta los deje tomar un taxi de esos amarillitos donde nos tuvimos que separar porque allá si nada de ir en la piernas si no esos árabes guapotes nos mandan a la diablo y no nos llevan.

Cuando nos toco ir a China Town, no manches, ni cuenta me di a que hora a la gente de ojos chiquitos se les hicieron grandotes y ya estábamos comiendo pasta en Little Italy.

Ya ni pa´ que te cuento los demás días, su buen humor se fue convirtiendo en un “ligero” odio hacia mi, no querían caminar más, medio me acuerdo que el Tikos empezó a preguntarles a todos si me habían hecho el antidoping, cuando les hice recorrer la quinta avenida, neta que no entendía sus jetas cuando los pare a comerse un pretzel en Times square, que no les caía bien el negrote ese que los paso a traer, y pequeñeces asi. Cuando nos metimos con unos paisanos de Puebla a que nos vendieron unas manzanas en un Deli fue cuando empezó a valer madre, cuando busque los dólares para pagar me di cuenta que se me acabaron las pastillitas, y el recuerdo de caminar del Museo de Historia Natural al Metropolitan y cruzar por el Central Park, ya no me queda tan claro, ya empezaba a ver todo como en penumbra.

Poco a poco fui dejando de hablar, y los pasos a acabarse, ahí si, deje que tomarán los taxis que quisieran, ya me valia madres.

Para que te digo si me viste muchas veces hacerlo, bueno, te cuento por no dejar. El caso es que habíamos hecho el plan de ir a cenar al Tao, que estaba de súper moda, hasta habíamos hecho la reservación un mes antes, si así de mamones, cuando llegamos ya estaba yo harta de haber caminado todo el día, extrañaba mis pastillitas blancas y solo veía las caras de extrañeza de mis amigos. Nos dieron la mesa y vi alrededor lleno de gente bien bonita, de mujeres guapas y altas, y de hombres musculosos y bien guapotes, ¡puro glamour!pero los veía en cortos, de cada vez que cerraba y abría los ojos, asi que me levante al baño y me encontré con una costarricense que te daba la toallita de tela para que te secarás, por supuesto, me hablo en español, ¿Qué mierda de país es este que esta lleno de migrantes?, Nueva York es “todos”, los españoles, los chinos, los jamaiquinos, los hindús…y las mexicanas que se quedan dormidas paradas frente a la pecera gigante de uno de los restaurantes más famosos de Manhattan, que esta en New York, que esta en Estado Unidos, que esta a un lado de mi país que extraño y que en algún lugar recondito contenía mi camita, si aunque me regañes, extrañaba mi camita.

Y tanto la extrañe que en las fotos que después me mandaron por mail, salen todos diciendo Cheese!, alrededor de un bulto que si vez con detenimiento, descubres que es la que te platica ahora, dormida y recargada en una silla.

De todos modos, ahora que resulto que no era la tiroides, ya no uso las pastillitas, asi que te aseguro, este año que viene, ¡me voy en primavera por decima vez a New York!, igual y me encuentro otra vez a Al Pacino.