9 dic 2008

Insatisfacción crónica

“Tristeza no tiene fin, la felicidad si…”

Quizás me empeño en hacer parecer mi vida una tragedia, igual que las canciones que canto.

No recuerdo que haya existido un parte aguas en mi vida que me hubiera hecho ser parte de la música, siempre melancólica y callada, prefería imaginarme girando mientras escuchaba las piezas de jazz con uno de mis tíos. Y cantar, pues todos cantaban en la casa, mi papa tomaba su guitarra y pasaba tardes cantando con mi mamá.

Lo que si era un martirio era cuando íbamos a reuniones a otras casas, mi papa llevaba su guitarra y a media fiesta nos hacían montar el numerito que teníamos mis hermanos y yo, una canción a varias voces, yo adoraba que me viera la gente, pero conforme crecimos mis hermanos se fueron escabullendo para no hacer mas ese ridículo, y solo yo seguí, aún cuando toda esa gente fuera de la edad de mis papas.

Ahora que lo recuerdo me parece tan lejano que hasta dudo si en verdad pasó. Las cosas se están poniendo un poco complicadas, sé que la belleza no durará siempre, pero ha dejado de preocuparme, me entristece más darme cuenta que han pasado los años y continuo con la insatisfacción de no encontrar lo que quiero.
Cada noche que me preparo para salir a cantar, es como un ritual, adoro ser mujer, nunca fui feminista, cada quien que asuma su papel, y a mi me gusta serlo, me encanta ver mis curvas cuando me pongo estos vestido entallados que hacen que a los hombres se les abran mas los ojos, me tomo cada segundo de extrema atención para que cada pincelazo de maquillaje en mi cara sea un dramático toque para resaltar mis facciones, no quiero ponerme una mascara tampoco, porque mis labios solo necesitan un poco de color y unos toques de brillo para seducir a cualquiera de los que afuera están sentados.

Pero lo que mas me gusta de esto que hago, es salir y actuarle a ese publico, cada una de las canciones que les regalo, canciones de dolor, de amores fallidos, de notas de blues, azules y melancólicas, depresivas y tristes, iguales que yo.
Y me gusta que me vean, que el primer impacto de verme salir al escenario termine en segundo plano cuando escuchan la primer nota salir de mi boca, de escuchar las historias de cruda realidad. Si, es triste, pero aquí la gente parece que viene a entristecerse, otros vienen a ver que sacan, porque normalmente cuando llego de regreso a mi camerino, este esta invadido regalos y flores con invitaciones para salir. Y a mi me gusta aceptar, porque si me preguntan que quiero, la respuesta es muy simple, no lo sé. Por eso tengo que buscar.

Y me la paso buscando, con esa notas de blues en mi cabeza, en cada uno de los que me pretenden, buena no soy, y me gusta burlarme y jugar con ellos, de alguna manera les divierte, pero eso me aburre todavía más, e insatisfecha me alejo de sus vidas, eso es lo que mejor me sale, sin temor alguno siempre tomo mis cosas y me escapo de donde ya no quiero estar.

Una noche cantando en el bar, lo ví, con su aire de hombre malo, yo jure que haría sacarle una mirada tierna y de amor dedicada para mi. Y me enrede en él, asumiendo que sufrir es parte innegable de las grandes pasiones, orgullosa de mi tolerancia para aguantar pacientemente sus muestras de desamor, atenta de lograr tenerlo rendido en mis brazos cada vez que le demostraba el deseo que me hacia sentir, y al final, embriagarlo con ese canto, solo para él, cada madrugada que nos abrazábamos rendidos.

Y lo logre, como logro casi todo lo que me propongo, tuve a ese hombre ahí, rendido ante mi amor, cada noche viéndome salir a cantar al escenario, y por unos momentos supe lo que era la felicididad.
Pero como siempre me pasa, me di cuenta que no había nada que me hiciera embriagarme mas de éxtasis que salir a interpretar todo lo que tengo guardado aquí en el corazón, y que no encuentra fuga o sosiego, y ahí descubrí que lo que yo tenia con ese hombre malo pero redimido ante mi, simplemente no era lo que yo quería.

Ahora estoy sola otra vez, no me asusto irme, como siempre, lo que tengo claro ahora es aceptar que sufro de insatisfacción crónica, y que todavía no descubro que es lo que quiero.

Quizás solo sea cantar.

13 comentarios:

Luz dijo...

Me encanto tu relato, reflejas perfectamente los sentimientos en la busqueda eterna sobre el amor y especialmente como queremos ser amadas, Mejor sigue cantando!!! pero bajito bajito, sigue buscando shhhhhh.

Saludos desde el camino.

Pd, Oye piso permiso para link a cuentaletras.

Fer V dijo...

Duro, muy duro debe ser.

Y no me extraña mucho que la búsqueda se prolongue y no rinda frutos. ¿Cómo piensas encontrar si no sabes que es lo que buscas? Si vas a ningún lado cualquier camino te llevará; y a ningún lado llegarás y seguirás sin encontrar.

Tal vez, sólo quizá, la búsqueda debería ser dentro de nosotros mismos y termináramos por descubrir que no hay camino que conduzca a la felicidad, pues la felicidad no es un destino, la felicidad es la forma de andar.




¡Sonríe!

marichuy dijo...

Que nostálgica entrada; con lo dada a la melancolía que soy, me quedó perfecta. Si no fuera porque yo solo canto cuando nadie me escucha, sería como un retrato mío. Siempre digo que mis canciones favoritas son esas… "como para cortarse las venas"

Y de las búsquedas, pues igual, seguro que no encontramos lo que buscamos... porque no sabemos qué buscamos.

Saludos

Adrián dijo...

Atte. Tina Turner

Jo dijo...

a la primera releida despues... perdi el acorde por default.

si... desafine

Anónimo dijo...

Cuando más ansiosos estábamos por empezar la noche de parranda, justo cuando el martini deja de ser una bebida fría y sofisticada para convertirse en un caballito región 1, empezó la música.

Una melodía conocida, pero una voz que no habíamos escuchado antes.

El martini se entibió. Después, sólo cada quien sabe qué sucedió con su propia temperatura.

Buen martes, otra vez. Saludos.

Rich. dijo...

Yo siempre he querido cantar, pero me da pena la pinchi gente.
♫♫♫lalala♫♫♫

xhabyra dijo...

el hombre malo usaba sombrerito de pachuco?

asi me lo imagine con su saco beige y cara de pedro armendariz.

:)

Adrián dijo...

eh... ¿mande?

.miss sunshine. dijo...

Aplausos..
Tus historias, nose si son reales o pasajes de la vida que no es tuya. Pero la haces interesante.
Que no se si decirte que comparto ese gusto por cantar, aunque solo mi publico sea la gente en la calle a mi caminar y los que compartían mis salon de clases..

Eres tu, o es tu alter ego escribiendo!?

Muchos saludos!

Canalla dijo...

Y como me acabo de enterar
que es día de comentar,
aquél comentario
te lo voy a dobletear.

Canalla dijo...

(Pero tú lo tienes que cantar)

Anónimo dijo...

Morra. En la parte del "Hobre malo a tus pies", me recurda la cultura blogger, que cada que uno hace un post, esperas que que regresen tus lectores cautivos ¿o no?