Recuerdo que a la edad de doce años, sostenía aquél corazón humano con la izquierda y mi padre me reprimió. Decía que yo era un hijo siniestro, sí, mira quién habla. Que se vaya a la mierda. Mi padre vive en la prehistoria. Ese Don Cirilo, si me viera en este momento. Yo agarro los corazones como se me hinche la gana, con la zurda y con la otra mano sobándome los huevos. Aprieto y aprieto, sale la sangre, y con la derecha me rasco los huevos.
Mi padre es el siniestro. Todo comenzó con el maldito nombre que me pusieron: Cirilo Ouisiyes Pérez López, y me fue bien, bastante bien, diría yo; mi hermana se llama Cirila Usnavy, con sus dos respectivos, comunes y corrientes, apellidos. Ya se imaginarán las burlas de los compañeros de la escuela. Para quién no sea muy observador, mi nombre significa: Sí, en francés, castellano e ingles, y el nombre de mi hermana mi padre lo tomó de un programa de televisión en el cual, una fragata norteamericana bombardeaba sin descanso, así por nomás, las costas de un pequeño país antillano de nombre Granada, y al costado de ese navío se apreciaba US Navy, sin palabras, me cae. Y luego por qué el odio, a los gringos y a mi padre; y un tanto a mi hermana, de rebote por aquello de su nombre. ¿Alguna duda sobre quién es el siniestro?
Estudié en un colegio anglo-mexicano, y de sacerdotes retrógradas, con todo lo que eso implica, los cuales me golpeaban cada que escribía, soy zurdo, para ellos siniestro, aunque cada reglazo y fajazo contribuyó a que se forjara en mí ser una figura ¿honrada y trabajadora?, para nada, ambidiestra, es la palabra, que a la larga me sería de mucha utilidad. Mi paso por el colegió fue un vil tormento. Y no era solo la primaria, era un maldito instituto ¿varonil? ─bola de maricas─ que censuró mi cerebro por más de quince años, desde el preescolar hasta la preparatoria, con sus respectivas repeticiones: Dos veces segundo de primaria, uno de tercero de secundaria y un par de semestres en la preparatoria. Don Cirilo nunca dejó de reprocharme “Eres un inepto, aprende a Usnavy, cuándo dejarás de ser tan pendejo”. En la escuela siempre le temía a la ¿materia? de educación física. Pérdida de tiempo. “Ouisi, diez vueltas al campo” méndigo padrecito, con tanto frío y el maldito uniforme rojo con vivos en azul y blanco que no tapaba nada. “Ouisi, al pizarrón”, me decía una maestra; “Ouisi, deja de copiar”, de parte del profe de matemáticas; “Ouisi, a la dirección”, el padre; “Ouisi, esto y aquello” el coordinador; “Ouisi, Ouisi el jotito”, mis compañeros.
Don Cirilo era dueño de un equipo de fútbol infantil en la liga sabatina. A mí nunca me gustó el futbol, imagínense el día en que me pusieron de portero. “Ouisi, a la portería”. Uno-cero, dos-cero... marcador final: once-cero. “Eres un inepto, aprende a Usnavy, cuando dejaras de ser tan pendejo, a tu hermana le dan puras medallas de oro en el Karate, y tu me das puras vergüenzas”. En fin, mi paso por las rutas del desgaste físico y el deporte las pasé con más, demasiadas diría, penas que glorias.
Una situación un tanto singular fue el día en que me asaltaron. Cometí la burrada de platicarle a Don Cirilo lo que pasó: “Eres un inepto, aprende a Usnavy, cuando dejaras de ser tan pendejo, le hubieras hablado a tu hermana para que te defendiera.” En fin.
Don Cirilo insistía en que trabajara con él, para mí eso significaba más represión cerebral. Y ganó. Laboro desde hace diez años con él. Diez malditos años de doblegación: “Sí apá, lo que usted diga apá”. Pero mientras él se distrae yo aprieto y aprieto los corazones con la zurda, mientras con la derecha me rasco los destos.
Mañana cumpliré cuarenta y un años de edad. Se preguntarán en qué me ha afectado la ¿educación? proporcionada por mi padre, yo creo que en nada. Dejando de lado mi soledad ─soy soltero─ y mi costumbre de rascarme los destos, mientras aprieto los corazones en el trabajo, creo que he estado bien. Mis compañeros en la morgue ─soy embalsamador─ están esperando el día después de mañana, por aquello de las burlas, “Ouisi, Ouisi el invertido tiene cuarenta y un años”, ya me imagino. Yo nomás los juzgo. Lo que me da ánimos es el cadáver gringo que llegó esta mañana. Tremenda carnicería: Aprieto y aprieto el corazón...
Mañana voy a tener una fiesta de cumpleaños muy singular: Solo voy a invitar a Usnavy. Va a ser en mi casa, con una botella de un buen vino francés y mis cadáveres. ¿No les dije? Tengo mi propia morgue, mi morgue particular.
Carlos Martín
25 ene 2009
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7 comentarios:
Eh... mmm... Bipolar... espero que no me lo tomes a mal pero
Don Cirilo is right, no se si Ouisi pero tú
eres siniestro.
Ouisi Ouisi araña, tejió su telaraña (8)
Siniestro le viene pero si quedando bastante corto señor.
Hey Carlos, usted no tiene esa edad!, andará bipolar?, que risa me ha dado esa historia de Usnavy.
Saludos
Una vez escuché de alguien que se llamaba usmaila, más o menos por lo mismo que tu personaje, digo, en el contexto.
Usmaila suena a Idalia. xD
Que personaje tan raro.
Saludos.
Sí, alguna vez supe de alguien quien se llamaba Usnavy. Y no, Ouisi, Don Cirilo no era siniestro, no, tan sólo tenía un torcido sentido del humor.
Tampoco el equipo de fútbol lo era, los niños siempre serán niños; necesitaban un chivo expiatorio ¡y atí te toco serlo! Porque mira que ¡once a cero! La defensa, medios y delanteros eran tan o más malos que el portero.
¿Los sacerdotes retrógadas del colegio anglo-mexicano? Si, esos si eran siniestros, especialmente los que te tocaron a ti, porque yo también tuve que soportar algunos (aunque el colegio era mixto) y jamás me obligaron a escribir con otra mano que no fuera la yo prefiriera y siempre preferí la siniestra.
En cuanto a tener tu propia morgue... ah, supongo que un dinerito extra (o diversión extra, según aplique) no le hacen daño a nadie.
Ouisi Ouisi araña... *jeje*
MauVenom:
Siniestro hasta donde se puede... en las letras, porque aunque bipolar, esquizofrenia y toda la cosa, el Director todavía mantiene las formas...
Pinche Vieja:
...Tejió su telaraña ¿en el cerebro?
NTQVCA:
Faltan seis años...
Rich:
Qué pedo con los nombres, no?
Usmaila, Usnavy, Ouisiyes, Nimitz, Capitol, ¿Bush? jejejeje
Saludos
Générique:
Los niños son crueles, sin malicia pero crueles... Y de los colegios (centros de reclusión) varoniles... pues ni me recuerden...
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