Basta un Epílogo

Cuando no estoy pensando en deportivos europeos, féminas desnudas yaciendo arriba de mi o exóticos platillos que conocer, estoy pensando simplemente en carros, mujeres y comida


Pero también me gustan las letras; Sin embargo nunca he pretendido ser intelectual, nunca he leído filosofía que la "decisión de Sofia", pocos autores latinoamericanos me gustan, lo que en términos prácticos me convierte en un Hereje de la lectura, baste decir que el Sr. Benedetti y del Sr. García Márquez he leido pocos volúmenes de su obra.


Mi afición a las letras es algo, acaso, un poco prosaico y un tanto vulgar, privilegio la historia y la biografía escrita en narrativa sobre los textos, tal vez es mi tendencia vouyerista lo que provoca mi inclinación hacia éste género.

Las letras me han permitido desnudar mujeres; me han facilitado ser todo un caballero, me han ayudado a compartir bacanales y orgías tumultuosas y desordenadas; y aunque casi he olvidado el nombre de todas ellas, aún recuerdo sus rostros, aún puedo recrear casi con precisión milimétrica cada caricia, cada curva, cada imperfección de sus cuerpos.

No existe cuerpo femenino más perfecto que aquel que está compuesto por una armoniosa constelación de imperfecciones. Ni existe cuerpo más perfecto que el de aquellas mujeres que desnudé por su inteligencia.

Finalmente las letras y la lectura es tan solo una forma diferente de disfrutar a las mujeres y a la comida, posiblemente como el Quijote, he perdido la cordura y mi identidad y ahora vivo en una mezcla de personajes salidos de fantásticas historias e imaginativos personajes que de tiempo en tiempo nacen en mis sueños y van a tomar en mi blog.

Quizá aún no me he dado cuenta y tan solo es que las mujeres y las letras son quienes se han aprovechado de mi ... y en la memoria de ellas, termino siendo tan solo "un conocido de otros tiempos".


Hoy en Cuenta Letras les presento a Simbad de la Porra que vino desde otras tierras a compartir, ¿a quién más le podría decir?