Inevitable

No hubo algún problema con su infancia, plagada de felicidad, donde construía mil historias de super héroes fantasmas, crueles con los malos y dadivosos con los niños como el, tiernos y llenos de vida, ansiosos por complacer a los mayores y con un camino a seguir trazado y guardado celosamente en su joven cerebro... pinche mocoso marica...

Fue él, el hombre fuerte y viril a quien la prensa proclamaba el salvador de la economía moderna, el galante caballero que llegaba en su corcel blanco a rescatar a la puta vestida de damisela de las garras de la devaluación... o la verga metida en las profundidades de las bolsas mundiales, como le decía a la bola de lamepijas que celebraban cada certero paso que daba; la pendejez con traje italiano, que nunca creyó la mamada de que "lo que no te mata te fortalece", porque sabía que al segundo intento caería... estúpido inmaduro...

Hoy se despertó pensando en los montecitos tiernos de la que fuera su compañera, le dijo al vulgar mozo que hablaba con latinajos ensortijados con palabras de un dialecto extraño... le contó como la montaba, como lamía cada parte de su piel suave y tersa, como con un solo movimiento la cambiaba por otra y ella seguía feliz por haber estado con el, agradecida y dispuesta a lo que fuera por tal de mantenerse cerca y obtener tan siquiera una gota de su sudor... puto anciano enloquecido...

No fueron inventos de la mente aún lúcida de ese anciano prematuro que se pierde en la inmensidad de la silla de ruedas, ese cuya boca abierta deja escapar más saliva espesa que la que su enfermera desea limpiar... ese triste envase tallado en plastilina, lleno de órganos inservibles, orina podrida y articulaciones gastadas, ese, el grandísimo cabrón hijo de puta que controlaba millones de vidas con apretar un botón ahora no podía apretar el culo.