5 mar 2009

En la caja

La neta si me he portado mal: aún me estremezco al recordar como recorrí el mundo diciéndole que Cinthya era una reverenda puta. Es que si, no chingues, yo tenía que contarle a toda la nación como se besuqueaba con todos, lo zorra y golfa que era, como se le arrastró a aquel muchacho tan lindo cuyo nombre también escribí en muchos cuadernos, llenándolo de corazones y poemas. Ese cabronsísimo hijo de su re puerca madre. También, en medio de lágrimas, corrí por los lugares más recónditos de la ciudad platicando su infamia.

Aunque tengo mi lado wilo pa’ que lo voy a negar. Con uno tuve algunos hijos y con otro algunos más. Nos hemos ido mezclando en este lugar hasta ser tantos como la famosa canción de The Beatles. Verme entre tantas personas tan parecidas me hace pensar sobre lo efímero de la existencia en este lugar, como puedo ser olvidada o suplantada con alguien más. Pero no pasará, soy indispensable para cada una de las obras del artista pues nadie realizará el trabajo con la pasión y el amor que yo lo hago. Recuerdo aquella vez que se me razgó el vestido… ¡la pobre se enojó por horas! Tuvo que ir con mamá a pedir ayuda, hasta que la señora decidió que era una mejor idea que yo fuera desnuda por la vida. Al principio si me dio un chingo de vergüenza, pero ahorita ya no hay pedo, me he acostumbrado a sentir el aire en mis partecillas y nadie se asombra por eso.

Soy una chulada muy diestra en lo que hago. Te he llevado infinidad de veces al cielo estrellado con media luna de las noches oscuras , de los descansos eternos; en mis días haz tenido el mar más claro y hermoso que tus pobres y mortales ojos podrán ver en su triste, patética y opaca vida. Puedo transformar un conejo cualquiera en algo digno de museo, en algo que nunca podrás tocar pero tampoco olvidarás, puedo transformar tu alegría en nostalgia, en tranquilidad y en tantas cosas como a mi se me antoje.

Pero ahora ya no soy útil, a cada rayón se me iba la vida. Cada centímetro de mi piel que se quedaba en cualquier superficie dejaba vestigios de mi orgullosa originalidad, de mi calidad de única, de mi porte básico, de mi lugar privilegiado en la pantonera. Porque no todas las crayolas azules somos iguales.

7 comentarios:

Fer V dijo...

¡Bonito trabajo! Original y bien realizado, aunque hay fragmentos que me parece se pudieran integrar mejor. Igual todo bien, ¡el relato te quedó excelente!

Y hay que recordar que, aún cuando esa crayola azúl piense diferente, ¡todos somos iguales! Aunque habemos algunos más iguales que otros, ¡eso sí! ;)



¡Sonríe!

MauVenom dijo...

MAPV (Mi adorada Pinche Vieja)

... Bueno hasta como crayola no te controlas... cómo que andar quemando a la pobre Cynthia por el mundo...

Pero menos mal que te redimes y llenas también nuestras vidas de cielo estrellado con media luna de las noches oscuras y conejos de museo.

Porque cierto... no todas las crayolas azules son la misma cosa. Hay que distinguir.

Bonito cuento niña mala.

Besos de cera.

Anónimo dijo...

aún me estremezco al recordar como recorrí el mundo diciéndole que... era una reverenda puta. Es que si, no chingues, yo tenía que contarle a toda la nación como se besuqueaba con todos, lo zorra y golfa que era...

describiste a alguien de cuenta letras exactito

ya sabemos quien es

Anónimo dijo...

Y lo digo con Fundamento y conocimiento de causa

Jo dijo...

Misista es ud tan ducha que esta historia tiene esbozos con fundamento .. me encanta la marca que queda al trazaar con una crayola, la textura que se forma no aparejada y como defectuosa

es casi como la escencia misma, nadie tenemos que ser perfectos a la vista y sin duda el matiz con el que dejamos huella prevalece de una manera que en alegre nostalgia hay ciertos cromas que me retribuyen la magnifica idea de que la vida no siempre es opaca ni triste ni patética.

el azul es ambivalente, tranquilo y presto a ser nostálgico.


besos añil

Jo dijo...

oye me prestas tus crayolas tengo que hacer un boceto. :)

SexTypeThing dijo...

Onde me formo para hacerle el analisis grafologico a la crayola?