Guerras de Amor

Debe ser cierto que el sur es estratégico, importante a juzgar por lo encarnizado de las batallas que se libran en ese lugar. Quisiera que no hubiera más guerras. Vivo en una era de incertidumbre, de transición e inestabilidad a escala mundial aunque viva en un trozo de tierra.

En la noche, después de que mamá apagó la luz pedí con todo mi fervor que no haya mas episodios sangrientos, pedí que mi padre no tenga que ir al Ejercito y que mi mamá no se quede sola y triste. En la noche que después mamá apagó la luz, le dije a Dios que Israel y yo somos amigos, y que el me gusta mucho además de que me gustan mucho los pasteles que su mamá cocina

israel y yo jugando en la línea de puas se rasga el tiempo y las horas de nuestra infancia
hace tiempo pienso que esta guerra lo que me roba además es el azul del mar y me deja vacios sobre la arena del desierto, la guerra toma todo lo que ella quiere del paisaje.

Ayer el me dijo que después de su Bar Mitzvah , Conforme pasan los años, y se hace ya un hombre serio e inteligente, recordará esa ceremonia como una farsa religiosa porque le importará mas que yo esté casada con él. Pero yo sé que tarde o temprano su familia en cuánto tenga oportunidad se irá lejos de aqui. Ayer sentí su beso y todo mi mundo opaco se desmoronó en segundos. Mi optimismo me siguió hasta la hora de oración.

Llendo hacia la mezquita alguien por la calle empezó a lanzar panfletos gritando cosas que no puedo entender todavía, solo atisbe en la mirada de esa persona mucho odio y dolor, pareciéra que solo una piedra construye el techo de nuestro cielo pero que poco a poco nos aplasta. Un niño Israelí y una niña Arabe para nuestros tiempos y circunstancias no pueden ser amigos, las guerras son el obstáculo y las creencias, debemos ser enemigos porque así lo dicta mi televisor y los libros, supuestamente cada cuál ocasionandole heridas al otro tal cuál debe ser desde el origen de nuestro tiempo, en el trigo del pan que comemos, en la sal que podemos prodigarnos en las heridas, mirándo desde lejos en Sinagogas o Mezquitas haciendonos huir a tiros o bombas el uno del otro de las cosas, del tiempo, del territorio de la memoria de las palabras y del amor.

Si nos dejaran el conflicto en nuestras manos, creo que podría ser distinto el panorama, solo tendriamos que poner acuerdos y una especie de divorcio entre ellos y nosotros quizá los pasteles de la mamá de Israel bien podrían ayudar, pero hoy la incertidumbre de ayer se vuelve cada vez más interrogante. La vida de Israel y la mía siendo jóvenes nuestro vivir dia a dia cuando pretendemos ser unos chicos normales imaginando que no hay guerras o conflictos que amenazen separarnos parte muchas veces de la incertidumbre, que nos ocasiona el mundo de los adultos y de la confusión propias de nosotros y de lo que sentimos.

Seguro si Shakespeare viviera, bien podría escribir una tragedia a su estilo porque la justicia está suspendida en lo alto del cielo, el drama es que Israel y yo estamos plagados de desilución, amargura, desengaños, hundidos y hechos pedazos.

No se si escoger un drama o una tragedia, las historias de amor siempre me han parecido fantásticas lo mantienen a uno vivo. Bajo sueños no se pueden construir demasiados planes

Palestina.