Brincaste como intentando llegar a mis brazos, pero las manos fuertes de ese salvavidas te regresaron al trampolín, con tu bikini ajustadito saltabas hacía la alberca, como regalando olores y flores, los que estaban detrás sonreían y te veían felices, llenos de alegría de ver como se te iluminaba la carita en cada salto, lanzando gritos de gozo, bebiendo coloridos cockteles, y tú, tú siempre lista y presta en ese mundo tan fastuoso, con ese de brazos fuertes deteniéndote en cada intento por llegar a mi…
Y yo, aquí sentado sin lograr ni un solo brinco que me llevará a ti.
10 comentarios:
Chale con el vato!!! ¿Pues qué le hacía falta?
Si tiene todo eso... ¿porqué no había motivación?
Ahhh esos hombres de hoy!
¿qué les vamos a hacer?
¡Oiga, usté!, es corazón roto debe sanar.
¿Por qué todos los Robertos seremos así... digo, serán así? Eso de no hacer nada me suena taaaan familiar...
A veces el miedo por dar ese salto nos hacen pasar la vida esperando a que otros salten y reboten de "casualidad" con nosotros..
Sip, el verbo favorito d elos hombres es "postergar", lo que sea, la felicidad, el intento, el asombro, el final... todo lo postergan, creo que es por inseguridad. A poco no mana? Ya NO QUIERO LEERTE TTRITONA! ÁNIMO! Como dicen los de oceánica, jejejeje, un beso.
pues yo quiero una tarjeta en tercera dimensión. qué más da si me quedo con ganas de aquellos brazos, de aquel cuerpo, de aquellos labios...
Saludos.
Ganas de que con un brinco se pudiera conseguir todo lo que se desea.
Abrazos NTQVCA y ánimo en la vida
ay roberto,... te la van a venir bajando vas a ver ¬¬
"Y yo, aquie sentado sin lograr ni un solo brinco que me llevará a tí"... Asi son algunos hombres. Las mujeres en cambio parecemos una pelota que rebota y rebota. Algunas terminamos aporreadas.
Creo que me gustó.
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