22 abr 2009

En cuanto a la parte obscura


El recuerdo del doctor con su sonrisita idiota extendiendo sobre su enorme escritorio la receta, haciendo su ya tan fallido teatro de empatía, de explicación lógica y solución eficaz resultaba indignante.

“Estúpido”.

Sentado en la banca del parque sintiendo una rara paz combinada con angustia, regresaban a su mente mil momentos diferentes todos de confusión. Especialmente esa imagen del doctor cuyo consultorio acababa de dejar. Leyó de nuevo la receta en sus manos trantando de reconocer en ella no una medicina si no una respuesta a la situación, tratando de arrancarle a la hoja escrita una razón convincente para aceptar el seguir en ese círculo que se convertía interminable. Esa reciente cita con el médico parecía tener que convertirse en determinante. Recordaba la voz del tipo ya no con rabia, más bien con un poco de asco.

-Es común, no se preocupe, tenemos que cambiar de medicina porque la otra ya no está funcionado.
-Sí me funciona, ya le expliqué, es sólo que ya no la quiero tomar.
-Bueno, como sea ya no le sienta... pasa con muchos pacientes, pero todavía tenemos opciones.

El predecible psiquiatra, tan acostumbrado a su discurso obviando el que frente a él había un ser humano específico y único, intercambiando un recibo nominal por químicos, no escuchaba, su solución era una vez mas mediatizar a través del poder prepotente que le daba su capacidad legal para extender una receta.

-Sí me siento más tranquilo doctor, pero soy otro, pierdo la creatividad, la inventiva, desaparece la pasión en mí... el costo por evitar las depresiones es perder todo lo que soy.
Pero explicar no tenía caso. -Tiene que adaptarse... lo que queremos es evitar el cuadro que presentaba antes y ya lo estamos logrando.
-Sí, lo estamos logrando, eso y también que desaparezca todo lo que soy en realidad.
El médico sonreía condecendiente lo cual era prácticamente una burla. -Usted siga, tome ahora esta nueva medicina a ver si le va mejor con ella.

“Si me va mejor... es decir si me vuelve imbécil de otra manera que le parezca apropiada a quién. ¿Es tan ofensivo lo que soy?, ¿lo es para mí mismo?, ¿tanto como para borrar mi propia naturaleza en pos de complacer a un mundo que no se pone de acuerdo en lo que realmente es?, ¿tanto miedo me doy yo solo que me presté a esto?.”

Ahí en la banca mirando al piso, trataba de analizar los sentimientos, el ansia de liberarse de ese patrón establecido de vivir atento a las órdenes de un reloj que lo hacía creer que su estabilidad pendía de una pastilla. Veía el papel en sus manos con doble impulso; por un lado deshacerse de él con rabia y casi venganza y por otro atesorarlo cuidadosamente inspirado por el miedo de hacer a un lado una vinculación que no alcanzaba a distinguir si psicológica o real.

“Después de todo y aún con mi forma de ver las cosas no me siento diferente del resto, sé que los demás igual pasan por peridodos amargos como los que a mí me suceden pero lo fingen, lo hunden en escapes y divagación... en cambio yo los vivo como son, ¿no es eso tener más valor?, ¿ser más auténtico?. Pero se me juzga como si estuviera rompiendo la armonía del mundo yo solo”.

“Yo lo permití, yo lo propicié”.

La pregunta tan sencilla como si debería continuar dependiendo de un fármaco o saltar al vacío de si mismo respondiendo por el reto de superar las depresiones de una menera propia. Tirar a la basura esa receta y volver a vivir consigo mismo como se conoció antes, radical, creativo, libre pero también amenazado por la angustia que pudiera llegar de la nada en cualquier momento.

La decisión era una tortura. Pero continuar igual quizá más. Era otro tipo de depresíón, menos violenta pero comprada.

Como fuera, brillante o miserable, su vida sin medicinas era la verdad, lo que él mismo era. Por qué huir de si mismo, mucho peor, evitar la responsabilidad de dominar aquella sombra latente y con eso perder la parte admirable de una mente dual pero revolucionaria y libre.

“Esta es la tercer medicina que intento, ¿qué sigue ahora?... me calma pero igual me acaba, no soy ni la sombra de lo que suelo ser cuando estoy limpio”.

Sin embargo el recuerdo de haberlas empezado a tomar por las recurrentes depresiones intensas y torturantes era demasiado atemorizante para apartar el hecho. Sumió la cabeza entre sus manos tratando de sostener la pesadez y también para sentirse protegido del mundo por un momento, su imagen de desesperación era tal en el momento que llamaba la atención de la gente que pasaba pero eso no era importante, lo era en cambio tomar una decisión.

Al levantar la vista de nuevo se percató por un momento de las características del día, del sol que se colaba entre los árboles iluminando el piso de manera desigual y dando una variedad de amarillos especial, volteó entonces a su rededor y vio que los elementos que lo rodeaban eran deslumbrantes y lucían especialmente bien ese medio día en el cual ni la agresiva ciudad de entre semana lograba someter los elementos de un buen verano. Pero era evidente que sólo era una apreciación estética que no iba acompañada por un sentimiento, la fría admiración de un juez. En otro momento de su vida algo así le habría dado una satisfacción especial y emociones casi ilógicas. Esa era precisamente la parte perdida. La vida al extremo. Lo palpable.

Eso trajo orden a las ideas. “No puedo vivir para siempre sometido por mi mismo sin enfrentar mi destino real y pidiendo prestado un mediocre futuro que no es mío si no el resultado de un montón de fármacos que además me traicionan despues de un tiempo. Ayuda por favor, claridad, valor... por favor”, repetía temblando con sudor frio en todo el cuerpo juntando el coraje para tirar ese papel sabiendo que era un acto descomunal de valentía y que una vez más ante los ojos ajenos resultaría absurdo y desmedido.

Al asomarse al bote de basura del parque su profundidad pareció el paradigma de un precipicio inmenso y utópico al cual tenía acceso en ese momento y aunque la reacción inmediata fue miedo ese era el instante de decidir si a ese abismo se iba su dependencia de las medicinas que lo habían borrado del mapa o él mismo y su futuro cualquiera que fuera.

Viéndolo así fue más fácil saber que hacer.

* * *

Tantos años después la intensidad de aquella vivencia ni de ninguna otra son tan vehementes como solían serlo pero la satisfacción de ser él mismo regresó a la historia, la tranquilidad de tomar los caminos y recuperar la apreciación. La pasión es más controlada, cierto, pero no por eso ha dejado de serlo, es sólo más tranquila, hay un poco más de paz en toda esa crónica. No hay medicinas ni futuros que dependan de laboratorio, en todo caso, las sujeciones propias de cualquier destino asimilado y originario, soberano.

En cuanto a la parte obscura, en lo que se refiere a las nubes de tormenta, cuando se acercan sólo hay que recordar insistentemente que las cosas no son ni tan ciertas ni tan definitivas. Ocuparse. Concebir para dominar el vacío; recapitular, o cambiar, o mover, o inventar, o salir, renovar, crear... O escribir.

17 comentarios:

marichuy dijo...

Ocuparse. Concebir para dominar el vacío; recapitular, o cambiar, o mover, o inventar, o salir, renovar, crear... O escribir.


Querido Mau

"O escribir en un blog", por ejemplo. Es cuestión de cada quien, y es algo serio, pero habrá quien efectivamente encuentren una salida a sus angustias, dando rienda suelta a su creatividad y necesidad de dejarse llevar.

Besitos locos

MauVenom dijo...

Mari

je

así es... o escribir en un blog... cuestión de cada quien

lo que funcione, porque no es fácil.

Gracias como siempre por venir.

Besos.

Jo dijo...

escribir es mejor que trazar lineas en una hoja, ver manchas de tinta o tomar prozac o valium.. ja

claro esos son casos extremos creo que nosotros apenas vamos rodando la neurona y no creo que estemos en los limites de la cordura...

jaja.. bueno eso creo.

besos maniáticos por cada dia de locuras compartidas
smuack, smuack, smuack,

MauVenom dijo...

Mi Amazing Jo

No creo que estemos en los límites de la cordura ni de la locura, andamos en medio entre un lugar y otro tocando las ambras fronteras.

Besos maniacos para vos también.

Jo dijo...

ambras fronteras... me gusto eso a veces descubro palabras y me estimula que soy mas cuerda asombrándome... seré un ser muy simple

ayer le decia a alguien en plan deschabetado "tu que todo lo sabes y lo que no lo posteas" te leo y releo desde esta frontera y el tiempo es el aliado que me ayuda a acercarme de a poco.

bueno mau no me he vuelto loca solo estoy metaforizando.. oh dios no se si exista la palabra pero mejor dicho intenseando no me hagas caso...

ja

que loca.


chau

MauVenom dijo...

JAJAJAJAJAJA

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

I LOVE IT!... "y lo que no lo posteas"

eso es lo que hacemos todos un poco... magnífico.

Sí te hago caso

Ja

que loco.

Besos más

Pinche Vieja dijo...

Yo solo recomiendo tres cosas:

Diclofenaco y una cuenta en blogger.

Todo se trata de sumisión: a la realidad, a uno mismo. Los que no lo saben, estan locos.

Benditos sean.

Besos.

MauVenom dijo...

Me quedo con la cuenta de blogger y el ejercicio extenuante cuando todo lo demás ya no funciona

y de la sumisión estoy totalmente de acuerdo

pero así y todo estás loca.

Bendita seas.

Besos de niño malo (y loco claro).

A dijo...

para ser felices escribimos en un blog, para hcernos ricos deberiamos escribir un libro llamado algo asi como:

'el poder curativo de la catarsis cibernetica'

o

'caldito de arrobas para el cerebro acelerado'

Bueno, ya en serio, a veces tenemos herramientas a la mano para antenernos en la delgada linea, haciendo equilibrio, lo cual s mejor que dejarse caer a cualquiera de los dos lados...es si seria terrible, terrible

Besos para ti MiMau, besos en la raya
A.

MauVenom dijo...

A

E incluso la delgada línea parece muchas veces que va a ceder y caeremos sin remedio

mientras tanto el equilibrio es a veces difícil a veces no, pareciera que vamos adquiriendo práctica

el viento que siempre nos mueve

en fin. Si caemos que haya alguien para atraparnos.

Besos niñA

Mafalda dijo...

...

Yo no se si estoy curada, lo que sí sé es que estoy bien orate, y para mi tipo de locura...ta' cañón...jajajá.

Yo por eso no fuí psiquiatra jejeje, estoy segura que se me suicidarían mis pacientes sin lograr controlarlos jejeje...

Mau, es complicado para un médico hablar con un paciente deprimido, bipolar, y no se diga con un esquizofrénico.

Creo que un psicólogo ayudaría más que un médico a un paciente depresivo.
A los otros dos SÍ es necesario medicarlos (al depresivo a lo mejor una temporada y después se le puede suspender el medicamento, creo que tu personaje es de ese tipo).
Los psiquiatras son médicos que no tienen formación avanzada (no todos ¿eh?) en psicología. La interacción con el paciente es distinta.

No creas que vengo a defender a los medicuchos, sé de que pata cojeamos jejeje. Sólo es para enriquecer ideas.

Gracias por tu preocupación hacia mí.
La cosa se esta tornando dificil, es por eso que vengo de nuevo a solicitarte que te cuides y que trasmitas a tus conocidos mis recomendaciones.

Guardaditos en casa estarán más bonitos.

Saludetes desde uno de los hospitales que aún no han declarado en cuarentena.

Mafalda

El anónimo Fan de cuentaletras dijo...

He aprendido quetener un blog libera, que no hay asideros mas feacientes que uno mismo a raya, sabiendo que sin mayores preambulos el cubrir nuestra parte humna es saborear lo quela vida nos trae aun cuando haya problemas, preocupación y sicosis generalizada.

Yo que todo lo sé y lo que no, ni lo posteo... seguiré en mi cuarentena general


Gatsby

MauVenom dijo...

Mafalda

ya temía tu aparición por este cuento, jajaja...

y entiendo tus razones y también el hecho de que en algunos casos será maravilloso pero bueno... por otro lado tengo mis bases para escribirlo, creeme

en cuanto a tus recomendaciones ya besé a todo el mundo como me dijiste... ah no... pérame... cómo era?

humor negro para la adversidad. Gracias, ya te envié un mail al respecto.

Besos. Cuídese usted. Te queremos loca pero sana.

MauVenom dijo...

Gatsby

Tú eres el mismo Gatsby que se mensajea con Jolie... no?

gracias por leer

estoy de acuerdo contigo y me mantengo en eso, en marcar la dichosas raya, la mia propia

... y yo ahora que por fin planeaba salir de mi cuarentena y mira... en fin

Un abrazo

jess dijo...

Aunque leí antier tu post, no pude comentar hasta hoy, y no por falta de tiempo o interés.... sino porque .... me hiciste recordar la peor época de mi vida mi querido amigo.

Cuando hubo un psiquiatra de por medio, donde le recetaba tranquilizantes al ser que yo más amo en el mundo, para poder seguir con "su secreto" y no lastimarnos a nosotros, su familia.

El día que dejó los farmaceúticos y fuimos capaces de hablar, se curó todo, el dolor guardado desde infante, las lágrimas derramadas cada noche, el temor a un desprecio por su "condición" y preferencias, y un amor renovado, evolucionado, y sí, diferente, porque cambian muchas cosas de por medio.

Él me lee, y ahora él también escribe.

Nos conocemos tanto caray.... él es mi mejor medicina en mis épocas de crisis existenciales....

Adios psiquiatras!
Bienvenida la comunicación oral y escrita!!

Ja, hasta lloré al escribir mi comen.
Un muy fuerte abrazo y efusivos besos mi querido Mau!!

Mara Jiménez dijo...

Mi querido escritor... las lágrimas que producen los trazos de este espejo me tienen arrasada. Yo escojo escribir, yo escojo actuar, yo escojo mis avasione scatárticas, pero cuesta mucho... mucho tiempo, mucho valor y mucha gente que se queda por ahi. Ya lo dijo Fito Páez: "Vivr atormentando del sentido, creo que esta sí, es la parte más pesada".
Un beso... grande.

Fer V dijo...

«Relax.
I need some information first.
Just the basic facts:
Can you show me where it hurts?

There is no pain, you are receding.
A distant ships smoke on the horizon.
You are only coming through in waves.
Your lips move but I cant hear what youre sayin.
...
I cant explain, you would not understand.
This is not how I am.
I have become comfortably numb.»
- Pink Floyd, Comfortably Numb (fragmento)
No pude evitar acordarme de esta canción con tu narración; una indiferencia general, una indiferencia inducida químicamente.

Y sí, supongo que la queja general en contra a algunos medicamentos utilizados en psiquiatría es que no solo apagan los síntomas, sino que también apagan la personalidad. El truco debe estar en realmente distinguir cuándo los medicamentos son indispenasbles para evitar problemas mayores (suicidio, por ejemplo) y cuando el paciente puede manejar los síntomas sin medicamentos.

Buena historia, me gustó.